martes, 15 de mayo de 2012

Visita de Daniel Pennac a Buenos Aires


Daniel Pennac estuvo en Buenos Aires durante unos poquitos días. Tuvo varias actividades. Fui a escucharlo a una charla en la Feria del Libro y a otra en el Malba. Aquí también una entrevista de La Nación.

Y estos son mis humildes apuntes durante la entrevista pública del Malba.
No es textual, pero más o menos, tengan en cuenta que hay de por medio, entre lo que él dice y lo que aparece acá, la traducción simultánea (porque no entiendo una palabra de francés) y mi letra pésima en la libretita. Van:

"Los chicos y los adultos tenemos diferente percepción del tiempo. Eso un adulto tiene que saber manejarlo, es casi la primera lección para un docente. Una hora de gramática para el docente es una breve hora en su larga vida. Una hora de gramática para un chico es una larga hora en su corta vida."

‎"Yo escribo porque leí. Otros autores llegan a escribir por su experiencia de vida. Yo soy un escritor nacido de la lectura, de los libros que leí."

La entrevistadora le pregunta por su experiencia docente como fuente de inspiración para escribir. Pennac contesta algo así: "La experiencia docente que da más ganas de escribir es la pila de trabajos por corregir. Con tal de no corregir, uno se sienta y escribe y escribe y escribe. Después leés lo que escribiste y te parece que no va a interesarle a nadie, entonces te ponés a corregir con mucho gusto."

Sigue hablando de la escuela, de lo que le dio la escuela: "Ser profesor es muy bueno para un escritor porque la clase es la vida real. Aún hoy cuando entro a un aula siento que estoy entrando a la vida real."

‎"Creo que hay que tener una relación lúdica con la transmisión del saber."

Sobre la madurez o seguir siendo un niño, algo así, contesta: "yo mantengo ciertas cuestiones a distancia, como la angustia, con una actitud lúdica".

En algún momento vino mi pregunta, en relación a la experiencia de escribir para niños, especialmente sobre Kamo y Señores niños. Y me contestó algo sobre la idea original de Kamo, pero después se puso a hablar de literatura infantil directamente.
Dice: "Los libros para chicos son aquellos que los adultos mueren por leer, que se los roban, que los adultos leen con delicia". Pone a Dahl de ejemplo.
Después, posta, nos contó Pulgarcito. De pie, actuaba. In-cre-í-ble. Diciendo que con esas historias hacíamos dormir a nuestros niños.

Explica después: "los temas son los mismos para adultos como para chicos. No cambian los temas: el amor, la muerte, el miedo... lo que cambia es la gramática, la forma de ordenar las oraciones cuando es un libro para chicos, el tono tal vez -acá era un poco difícil seguir a la traductora (o bueno, a la traductora seguirlo a él) y remata-: es un ejercicio intelectual delicioso".

Del día anterior alguien me recuerda una frase sobre el deseo y la necesidad, que estuvo genial, pero en esta ocasión no fue para ese lado. De la charla en la feria, solo tomé este apunte:
"Dos placeres de la palabra: comunicar y disimular."

Y la primera pregunta abierta en el Malba la hizo un nene. Le preguntó por el libro La mirada del lobo y el contó cómo se le había ocurrido viendo a un lobo "viudo" en el zoo por donde pasaba todos los días. Y también actuaba un poco de lobo, yendo y viniendo por el escenario como el lobo en su jaula. Emoción pura contando cómo pensaba en el duelo del lobo y la necesidad de contar sobre eso.


(¿Cambia con esto el tono de este blog definitivamente? Quién sabe. En cualquier caso, en este blog se recomienda leer a Pennac. Siempre.)